Cómo se vive la pandemia de COVID-19 en West Midlands, Reino Unido
Dra. Rosa María Ortiz Comino y Dra. Beatriz Lara Gallego
(Respiratory Medicine and Infectious Diseases Department)
Dr. Antonio Martin Ucar y Dr. Luis Hernández Arenas
(Cardio-Thoracic Surgery Department)
University Hospitals Coventry and Warwickshire NHS Hospital Trust (UHCW)
Dr. José Antonio Sánchez Martínez
(Respiratory Medicine Department)
South Warwickshire NHS Foundation Trust (SWFT)
La epidemia de COVID-19 llego al Reno Unido con unos días de retraso con respecto a Italia y España. Sin embargo, la incertidumbre y preocupación por nuestras familias y compañeros en España estaba muy presente desde antes.
Esto nos permitió prepararnos para lo que venía y aprender de nuestros compañeros.
Midlands es, después de Londres, la zona de Inglaterra con mayor número de casos de COVID-19. Nuestro hospital (UHCW) tiene algo más de 1000 camas y 26 quirófanos. El servicio de Neumología y Enfermedades Infecciosas tiene una sala de hospitalización con 88 camas y se compone de 10 adjuntos de Neumología y tres de Infecciosas, además de 18 enfermeras especialistas, 4 residentes de Respiratorio y un servicio de Fisiología Respiratoria con más de 20 profesionales que también realizan tareas de apoyo en ventilación no invasiva tanto aguda como domiciliaria.
Se preparó el servicio de urgencias para separar los casos respiratorios de los demás. Se habilitaron plantas de hospitalización convencional y de Cuidados Intensivos en reserva, para la llegada masiva de casos. Se reforzaron los turnos de guardias y se aumentó el personal en las plantas designadas para recibir pacientes con COVID-19.
El día 18 de marzo falleció la primera persona por esta enfermedad en nuestro hospital. Desde entonces, han ingresado más de 700 enfermos de COVID-19 en UHCW y más de 200 han muerto con nosotros.
El resto de la actividad se ha tenido que adaptar a la nueva situación: cancelación de consultas presenciales que han sido sustituidas por consultas telefónicas (excepto el circuito rápido de cáncer), cancelación de radiología y pruebas de función respiratoria no urgentes, realización de comités multidisciplinares de forma virtual y cancelación de actividad docente.
Con respecto al servicio de Cirugía Cardiotorácica de UHCW, se compone de 4 adjuntos dedicados exclusivamente a torácica. Tiene un volumen anual superior a las 500 intervenciones.
Durante la pandemia la sala de Cirugía Cardiotorácica (incluida el área de cuidados intensivos y reanimación) fue transformada en servicios intensivos generales. Los pacientes quirúrgicos de diferentes especialidades se reunieron en un número reducido de salas. Una gran cantidad de profesionales de quirófano fueron desplazados a áreas de cuidados intensivos. Aun así, conseguimos mantener 5 quirófanos semanales con listas quirúrgicas para emergencias o pacientes con cánceres que no podían esperar (aproximadamente un 70% de la actividad total). .
Se tuvieron que adoptar medidas universales en quirófano de protección personal (EPP) y de pacientes; incluida reanimación dentro del quirófano, dado que el resto de camas de alta dependencia que habitualmente son para el cuidado de pacientes postquirúrgicos quedaron reservadas para los casos con COVID-19. No se han producido infecciones por coronavirus durante el ingreso.
Por su parte, South Warwickshire NHS Foundation Trust (SWFT) da atención sanitaria a aproximadamente 500.000 habitantes en Warwickshire. El hospital de Warwick cuenta con 446 camas de hospitalización, 7 camas de UCI y 40 camas de maternidad. El servicio de Respiratorio está formado por 5 adjuntos y 3 residentes y contamos con una planta de hospitalización de 25 camas con capacidad para 6 pacientes en VMNI aguda. Ante la llegada de la epidemia, se reorganizo la planta de Neumología para poder usar todas sus camas para ventilación con CPAP lo que implico adquirir equipos y fungibles.
Hasta finales de mayo, el número total de ingresos por COVID confirmado por PCR o TAC compatible es de 547. De los cuales, 27 pacientes con COVID19 se han tratado con CPAP en nuestra unidad. Nunca hubo falta de camas ya que se liberaron muchas plantas quirúrgicas que pararon su actividad electiva.
En general, los problemas que nos encontramos al principio de la epidemia fue la capacidad de los laboratorios de hacer las PCR debido al volumen, adaptación del personal a las recomendaciones cambiantes sobre equipos de protección individual, protocolos de control de infecciones tanto en planta como en radiología etc., aislamiento en casa sin acceso a los test diagnósticos; la reorganización todas y cada una de nuestras rutinas de consulta, planta, pruebas, EPP etc. También ha sido difícil cubrir los turnos con varios compañeros en aislamiento en casa a la vez.
En relación a EPI nunca hubo falta de stock, las mascarillas son siempre de un solo uso por paciente desechándola al salir, siempre se usa mascarilla quirúrgica salvo para procedimientos generadores de aerosol que requieren EPI completo.
Lo más difícil ha sido ver morir a tanta gente en pocos días, sin poder ofrecerles un tratamiento farmacológico eficaz para tratar la infección. Aceptar el riesgo de enfermar, a incertidumbre de poder llevar la enfermedad a casa y ver como algunos compañeros ingresaban por COVID-19.
Pero no todo ha sido negativo: el apoyo de la sociedad con sus aplausos, donaciones y comprensión; el fortalecimiento de los lazos de compañerismo entre los equipos; la capacidad de adaptación; el uso de la tecnología no como una barrera que nos aleja del paciente, sino como una herramienta de comunicación y acercamiento; sacar fortaleza de nuestra vulnerabilidad y tantas otras cosas de las que hemos aprendido a lo largo de estas semanas. Además, nunca se había podido acceder tan rápido a ensayos clínicos en una fase tan temprana de una enfermedad nueva.
Estos días ha quedado más patente que nunca la importancia de aliviar los síntomas y acompañar en la enfermedad, asi como la importancia de todo el personal del hospital, todos indispensables.
Además de estas dificultades profesionales, a nosotros la distancia se nos ha hecho especialmente difícil. Acostumbrados a pensar que en caso de una emergencia familiar cualquiera de los cientos de aviones que despegan cada día de Reino Unido a España nos llevaría con los nuestros, el COVID-19 ha supuesto una barrera infranqueable que nos ha alejado y nos alejara todavía durante semanas de nuestras familias y amigos.