Estrella Fernández Fabrellas, y la “Ley de la remota posibilidad” para cambiar el mundo
Aunque le gustaba la oftalmología, se hizo neumóloga. Tenía mucho donde elegir, pero eligió neumología por amor. Entre su marido cardiólogo y ella, en Valencia, media tan solo un pericardio y una pleura, me dice todavía ilusionada cuando recuerda el momento de su elección de especialidad en Madrid. “Flipaba” dice al ver a Eusebi Chiner y a Alberto Herrejón preparar los pósters para el Congreso de SEPAR y lo que se enfadaba “Don Julio” si no se los aceptaban. Su primer Congreso como R4 fue en Zaragoza, y su primer Congreso, tras implementar cambios sustanciales y necesarios para mejorar y profesionalizar nuestro evento científico formativo anual más importante, ya como Directora de Congresos de SEPAR, fue el de Madrid 2012.
Dos éxitos. Entusiasta hasta la médula de la Neumología: con Eva Martínez Moragón llevándola hasta Atención Primaria, y con Julio Ancochea y Joan Ruiz Manzano liderando SEPAR. También con Pilar de Lucas e Inmaculada Alfageme, como Secretaria General. Su mantra: La ley de la remota posibilidad, aprendido de Joan Escarrabill en el curso de “Liderazgo clínico en Neumología en 5 libros”: ¿existe la remota posibilidad de que hagas algo en tu ámbito laboral que mejore la asistencia de los pacientes? La respuesta es siempre sí. Entonces, hazlo. “Se me quedo grabado”, y añade: “hay que construir la realidad”. “De la charla de café se puede pasar a la acción, todos somos piezas clave en la sanidad y si no funciona, lo paga el paciente”, me explica. Le encanta hablar y arreglar el mundo, reconoce, “pero con eso no basta. Hay que aportar soluciones”, dice muy convencida. También está muy convencida de que quiere y debe devolverle a SEPAR todo lo que SEPAR le ha dado. Ahora se ha tomado un “merecido” descanso dedicada a su equipo del Hospital General Universitario de Valencia.
Toda la vida socia muy activa de SEPAR…
Descubrí SEPAR a los 2 meses de empezar el MIR en el Hospital Clínico Universitario de Valencia. Los dos R 4 del servicio (no había otros residentes entre ellos y la novata que era yo) estaban preparando posters para el Congreso de SEPAR y tenían organizada una parafernalia de papeles con palabras incompletas impresas con letras enormes que pegaban sobre una gran cartulina blanca. Y así iban montando el título, los autores y todo lo que era el cuerpo del poster. Me pareció un trabajo de manualidades ¡como los el cole! Ellos me explicaron qué era SEPAR y lo que significaban sus Congresos, cómo era eso de participar con comunicaciones, lo que significaba para el servicio que se aceptaran o no, qué era un poster y por qué había que hacerlo artesanalmente… en fin, ¡todo! Era el XXI Congreso de SEPAR del año 1988, y se celebrara en Torremolinos. Recuerdo que me pareció toda una aventura lo que iban a hacer mis R mayores y me dio mucha envidia no poder ir con ellos. Mi primer Congreso de SEPAR tardó un poco, fue en 1991 en Zaragoza y para ir,otra compañera y yo nos pagamos el alojamiento y fuimos en nuestro coche porque solo conseguimos que nos ayudaran con la inscripción. Pero allí nos presentamos las dos, y la verdad es que fue toda una experiencia por muchos y muy distintos motivos.
¿Cuáles serían los éxitos más sonados de SEPAR en los últimos años?
Creo que SEPAR ha cambiado muchísimo en los últimos 10-15 años, y creo firmemente que solo es posible hacerlo poco a poco, siempre a través de la transformación interna de la organización adaptándose a los nuevos tiempos. Creo que SEPAR ha sabido hacer eso desde siempre, aunque para mí el cambio fundamental se produjo al abordar el primer Plan Estratégico. Para muchos sonaba a táctica empresarial,algo que no tenía que ver con una Sociedad científica… ¡nada más lejos de la realidad! Eso significó un gran cambio, sobre todo porque exigió un profundo análisis de todos los aspectos de la Sociedad desde la reflexión de los propios socios, no solo de la Junta Directiva. Creo que entendimos entonces que SEPAR realmente es una “empresa” promotora y gestora de conocimientos. Su fin es lograr “productos” únicos referentes del saber en el ámbito de las enfermedades respiratorias y torácicas. Lo aprendimos todos, especialmente los que yo llamo “las trincheras” de SEPAR, que para míson los socios que peleamos cuerpo a cuerpo con la realidad asistencial de nuestros pacientes y con las carencias que sufrimos en nuestra especialidad, que creo que son muchas, inmerecidas e injustas.
Creo que esa reflexión conjunta nos permitió conocernos más y mejor,entender lo que nos faltaba o lo que nos sobraba porque ya no era útil o estaba obsoleto. Se ha hecho una labor muy importante por alinear los intereses de las Áreas, los PIIs y el interés general societario de SEPAR. Me parece un logro muy importante, por lo que supone de cambio de mentalidad colectiva, la acreditación de la calidad asistencial de nuestras Unidades, abordar la Formación como una prioridad y certificarla a través del comité de Formación y la Cátedra SEPAR. Ha sido clave también, y muy necesaria, la transformación de la organización y logística de Congresos y Reuniones de Invierno, la aparición de los Grupos Emergentes y la vinculación, cada vez más firme, con los alumnos de Medicina y con los pacientes desde el comité de SeparPacientes. Y además, nos hemos posicionado como la Sociedad de referencia de los colegas latinoamericanos, y tenemos una importante presencia en la ERS y la ATS. Todo esto es muy trascendente para SEPAR.
¿Y ahora… qué le queda a SEPAR por conquistar?
Creo que nos queda conquistar el corazón de la sociedad civil en muchos ámbitos. Creo que estamos aún lejos (de lo que nos merecemos y nos interesa) de conquistar la opinión pública, los poderes administrativos, la Universidad… Creo que otras Sociedades científicas están más presentes en esos ámbitos que SEPAR, aunque es verdad que hemos avanzado mucho.
Y creo que todavía nos queda por conquistar de verdad a la Atención Primaria. Conquistarla en el sentido de enamorarla… No sé por qué la Neumología no tiene el mismo atractivo entre nuestros compañeros de Primaria que otras especialidades, y no me refiero solo a la Cardiología. De hecho, Neumología es la especialidad por la que menos tiempo rotan los MIR de Medicina Familiar y Comunitaria, solo hay que mirar su programa de formación. Y no se trata de querer ser más que nadie, sino de despertar en los médicos de cabecera el interés por las enfermedades respiratorias. Por ejemplo, la espirometría o adiestrar en la técnica inhalatoria están casi abandonadas en Atención Primaria. Creo que algo no hacemos del todo bien, pero no se me ocurre qué es.
¿A quién tiene SEPAR que envidiar como Sociedad científica?
En mi opinión, SEPAR es envidiable en muchos aspectos que otras sociedades cuidan menos, como es lo que hemos llamado durante mucho tiempo “el espíritu SEPAR”, eso que debe mantenernos cohesionados y juntos mirando en la misma dirección. Lo que creo que sucede es que no siempre ponemos el mismo ímpetu a la hora de remar juntos, y eso nos perjudica.
Personalmente envidio lo conseguido con el código ictus o el código infarto, por ejemplo. Creo que nosotros deberíamos tener un código similar para los pacientes agudos con ventilación no invasiva. Veo a mi alrededor cómo los hospitales han transformado su estructura física, sus procedimientos y sus recursos para proporcionar terapias y tecnología novedosaa pacientes con cardiopatía isquémica o con ictus, mientras los respiratorios han quedado olvidados en este proceso de cambio, de manera que nosotros debemos afrontar esa realidad asistencial con muchísimo esfuerzo en nuestras Unidades.
¿Cuándo disfrutaste más, como directora de congresos o como secretaria general?
Debo reconocer que como directora del comité de congresos. Fue mi primer contacto real con SEPAR en el sentido de trabajar para SEPAR. ¡Y trabajamos muchísimo! Fue un gran reto que afronté con mucho miedo pero también con mucho respeto e ilusión porque sabía que no iba a estar sola… conté con unos magníficos compañeros en el comité que tenían la misma ilusión que yo, y además incluimos como asesor al anterior director del comité, el Dr. Eusebi Chiner, que nos ayudó muchísimo.
El entonces presidente, el Dr. Juan Ruiz Manzano, nos encargó un análisis profundo de la situación de nuestros congresos: nivel de participación, resultados económicos, logística organizativa, procedimientos administrativos, etc. y nosotros, además, comparamos ese análisis con la situación de otras Sociedades similares a SEPAR. El resultado fue incontestable: debíamos dar un giro radical a los eventos científico formativos de SEPAR para asegurar la promoción científica e investigadora, que se hace a través de los resultados de los congresos. Y eso hicimos. Los cambios fueron muchos, algunos drásticos, y los resultados económicos y de participación lo demostraron. Gracias a ello, se incrementó sustancialmente la cuantía destinada a becas y ayudas a la investigación a partir de ese momento, además de que se modernizaron nuestros eventos con la tecnología más actual, se simplificó la organización, etc.
Como secretaria general me resultó algo más fácil porque ya conocía bien SEPAR, aunque pertenecer a la Junta de Gobierno era una responsabilidad muy grande. Esos años fueron de crecimiento personal fundamentalmente. Aprendí muchísimo… cosas buenas y otras menos buenas, pero entiendo que así debe ser el aprendizaje para ser completo y, sobre todo, aprovechable. En esos años se hicieron cosas muy buenas para SEPAR en las que participé activamente y que hoy persisten, como unificar mediante Reglamentos la acreditación de unidades, los grupos emergentes o los PIIs. Fueron años de “pelear” por poner en marcha la Cátedra SEPAR, el programa del DPC y el proyecto RECALAR, todos ellos muy importantes para el desarrollo de la sociedad y el crecimiento profesional de sus miembros.
¿Has vivido más mieles o más hieles?
Siendo sincera, hubo más hieles de las que esperaba… pero me quedo con las mieles, que también fueron muchas.
¿Qué compañeros de camino has tenido?
Me siento afortunada porque han sido muchos, empezando por los del comité de congresos, que algunos fueron cambiando, hasta los miembros que formaron las Juntas Directivas que viví. Especialmente agradezco haber podido conocer a muchísimos cirujanos torácicos y fisioterapeutas, ya que profesionalmente había trabajado poco con ellos anteriormente. Pero sin duda el que más me ayudó desde siempre ha sido Eusebi Chiner. Era mi R mayor cuando empecé el MIR (uno de los que hacía los posters a pedazos) y desde entonces siempre ha sido “mi consejero personal”. Se lo agradezco muchísimo, porque en ocasiones no hubiera sabido qué hacer y siempre me dio la mejor de las soluciones.
Pero sin duda, y sin desmerecer a nadie, me llevo el cariño y la amistad de las grandes mujeres que en ese momento estaban en la secretaría de SEPAR y de muchos socios anónimos que se acercaron a mí con dudas y preguntas, incluso peticiones más personales. Me encantó comprobar que los socios sentían que podían contactar conmigo, personalmente o a través de la secretaría, que nos tenían confianza y valoraban nuestra respuesta… Creo que pudimos ayudarlos a todos, y eso fue lo mejor.
Tu mejor día en SEPAR…
Fueron muchos, de verdad. Quizás destacaría cuando vimos terminados los cambios hechos en congresos y comprobar que daban los frutos previstos. Nos jugábamos mucho… El primero organizado completamente con una logística distinta y con los mejores resultados hasta entonces fue el congreso de Madrid 2012. Después de ese, todos han ido mejorando año tras año puliendo y mejorándolos sobre la base de esa nueva organización.
Y el peor…
Ese me lo guardo, no merece la pena recordarlo. Estoy segura que muchos socios que lean estas líneas sabrán cuál fue, estaban presentes. Y los que no estaban, lo supieron después. Me consta porque recibí tantas muestras de apoyo y tanto reconocimiento por mi trabajo en SEPAR que lo transformaron en uno de mis mejores días.
¿Qué te depara el futuro en SEPAR?
Ahora formo parte del comité de calidad e innovación. Admito que me resistí un poco a aceptar, necesitaba un descanso después de más de 8 años ininterrumpidos con responsabilidades importantes.Ahora estoy encantada de haber aceptado, pero como realmente me veo en el futuro es en las “trincheras” de SEPAR. Creo que los socios que hemos formado parte de comités o juntas directivas somos clave en el desarrollo y el crecimiento de “la cantera” de SEPAR.
Desde fuera, puede percibirse que las caras visibles de la Sociedad solo pueden ser los jefes de servicio, o los más publicadores, o los mejores científicos en general… o los que quieren medrar, que también se piensa. Claro que tienen que ser los mejor preparados para el cargo, por supuesto, pero sobre todo tienen que ser los más generosos, porque trabajar para SEPAR implica dedicación, tiempo y esfuerzo. Y mucho.
Creo que los que hemos sido más visibles en algún momento tenemos el papel fundamental de transmitir lo que realmente significa pertenecer a SEPAR, trabajar para SEPAR. Así es como me veo en el futuro, intentando transmitir que la clave del éxito de SEPAR está en todos y cada uno de sus socios. Estoy convencida que las caras visibles de SEPAR deben ser las de sus socios día a día, aunque no ocupen ningún cargo. A veces he dicho a los compañeros más jóvenes que todos deberíamos hacer un “rotatorio externo” por nuestra Sociedad científica, autonómica o nacional. Solo así se entiende y se valora realmente una sociedad científica, a los que trabajan en ella para generar conocimientos y para que nuestra especialidad se desarrolle desde el rigor profesional del que todos, sobre todo los pacientes, se benefician.