JOAN ALBERT BARBERÀ, CENTRADO PARA HACER CIMA
Su abuelo sufría una enfermedad crónica y quizás por él se hizo médico. El primero de la familia. Asegura que le quedará un sueño por cumplir: investigar en alta montaña, pero sí ha disfrutado de hacer montañismo y escalada en las principales cumbres catalanas, en Montserrat y el Pirineo; y también cerca de Madrid, en la Sierra de Gredos y la de Guadarrama. Porque hizo la residencia en la Fundación Jiménez Díaz. Aparte de la residencia en Madrid, hizo una estancia de postdoctorado en Vancouver con el Dr. James Hogg. A pesar de que allí “llueve siempre” opina que es una de las ciudades más bonitas del mundo, porque se encuentra entre el mar y las montañas y en un mismo día puedes pasear por la playa y esquiar. Es socio de SEPAR desde 1982, cuando empezó la residencia, y en la Sociedad científica ha sido Director del Comité Científico y miembro del Comité de Congresos. Salvo la residencia y la estancia postdoctoral, toda su vida profesional ha transcurrido en el Clínic de Barcelona: en el año 1990 se integró en el Servicio de Neumología, del que fue nombrado Jefe de Servicio en el año 2017. Ya no escala montañas, practica senderismo para disfrutar del aire libre. Dice que el montañismo forja el carácter: debes trazar estrategias para alcanzar la cima, cuidándote y cuidando a los compañeros, y afrontando las dificultades cuando vienen mal dadas.
Según su punto de vista ¿cuáles son los puntales del liderazgo de SEPAR actualmente?
Creo que SEPAR ejerce liderazgo en dos vertientes. Por un lado representa a los profesionales que nos dedicamos a las enfermedades respiratorias (neumólogos, cirujanos torácicos, fisioterapeutas y enfermeras) a todos los efectos. Frente a las administraciones sanitarias, a otros colectivos profesionales, organizaciones ciudadanas como las asociaciones de pacientes, y proveedores de bienes o servicios en el sector sanitario. Por otro lado tiene cada vez mayor presencia social. Creo que la preocupación que manifiesta por las cuestiones ambientales, más allá del humo del tabaco, son acertadas porque alertan de los posibles efectos perjudiciales sobre la salud respiratoria y porque conectan con el sentir mayoritario de la sociedad, que está cada vez más sensibilizada por estas cuestiones.
El estudio de las consecuencias en la salud del vertido del Prestige… ¿situó a la investigación española de neumología en el centro del huracán?
Yo no diría tanto. En España hay una muy buena tradición de estudio epidemiológico de las enfermedades respiratorias. Sólo hace falta recordar los excelentes trabajos que se han realizado en relación con las epidemias por asma de soja que ocurrieron en Barcelona, o el llamado “síndrome Ardystil”. La iniciativa que tuvo SEPAR en relación con el vertido de fuel del “Prestige” estuvo muy acertada. La Junta Directiva me propuso como presidente del Comité Científico de esa época que planteara actuaciones para apoyar como sociedad profesional a las personas que se estaban exponiendo día a día al vertido de fuel. Lo primero que hice fue contactar con Josep Mª Antó, director del CREAL, y ahí surgió la idea de realizar un estudio epidemiológico en los marineros que se vieron afectados por el fuel. El estudio tuvo una gran envergadura y produjo información científica relevante, que tuvo un impacto científico notable y de la que todavía se sigue hablando. Fue una época apasionante en la que un grupo de excelentes profesionales de orígenes muy diversos se juntaron para llevar a cabo un ambicioso proyecto de investigación. Creo que todos los que participamos conservamos un grato recuerdo y trabamos una fuerte amistad. Ahí estuvieron Paco Pozo, Gema Rodríguez Trigo, Jan-Paul Zock, Héctor Verea, Yolanda Torralba, Carme Fuster, Josep Mª Antó, Federico Gómez, Josep Egozcue y muchos otros.
¿Y la HAP? ¿Son sus dos centros de investigación?
Bueno, a la investigación epidemiológica ya no me dedico. Sí que me dedico a la investigación de las enfermedades vasculares pulmonares, ya que es el centro de mi actividad asistencial. De hecho ha sido una evolución desde mis estudios de doctorado de los años 80, una vez hube finalizado mi residencia. Ya entonces empecé a estudiar los mecanismos que regulan el intercambio de gases en las enfermedades respiratorias, en concreto en la EPOC, concentrándome posteriormente en los cambios vasculares. Y ahí sigo. Tratando de entender porque se desarrolla hipertensión pulmonar en las enfermedades respiratorias y cómo podríamos tratarla, sin causar perjuicio por otro lado, en concreto sobre el intercambio de gases.
¿Nos aprecian, los estudiantes (a la Neumología y la Cirugía Torácica)?
Yo creo que sí. Al menos esta es mi percepción en el entorno más inmediato que tengo. Entre los estudiantes de pregrado de nuestra Facultad, la asignatura de Enfermedades Respiratorias es de las que están mejor valoradas. Aunque no sé si esto es generalizable. La verdad es que Neumología no es de las primeras especialidades que se escogen en la distribución de las plazas MIR. Posiblemente le falta cierto “glamour” frente a otras especialidades.
¿Qué les debe enseñar (a los estudiantes) la neumología y la cirugía torácica para ser más atractivas?
En primer lugar, darlas a conocer en profundidad. Creo que quizás simplificamos demasiado las cosas a los estudiantes con el objetivo de que se queden con lo esencial y más prevalente. Pero esto hace que no vean procesos clínicos complejos o técnicas de estudio más sofisticadas. Creo que los estudiantes deberían conocer con mayor profundidad situaciones clínicas complejas, como las que plantean los enfermos críticos, y las técnicas de estudio más complejas. Por ejemplo endoscopia, estudios del sueño, pruebas de esfuerzo, hemodinámica pulmonar, etc. Esto les permitiría ver que no todo es EPOC, o que no todos los enfermos que ingresan en el hospital son iguales porque todos llevan el mismo tratamiento. La verdad que ver sólo eso hace que la especialidad no se vea atractiva.
¿De qué se siente más orgulloso de SEPAR?
De la época que presidí el Comité Científico. No sólo porque contribuí a que el estudio SEPAR-Prestige se llevara a cabo y a sus resultados científicos, sino porque tuve la fortuna de escoger a un grupo excelente de profesionales con los que trabajé muy bien y establecimos una magnífica relación personal. En esa época estaban en el comité Javier Aspa, Paco Rodríguez Panadero, Carlos Zamarrón, Felipe Rodríguez de Castro, Vicente Macian, Xavier Busquets, Gonzalo Varela y Joaquín Terán. Y, cómo no, Isabel Girona. Realmente, un excelente comité. Lamentablemente, alguno ya no está entre nosotros.
¿Qué “proyecto” en SEPAR le resultó más fácil desarrollar?
Todas las acciones que he realizado en SEPAR han tenido aspectos fáciles y difíciles. Las facilidades siempre provienen del entorno en el que te mueves y de las personas con las que trabajas, así como del trabajo previo desarrollado por otros compañeros. Mi etapa como presidente del comité científico estuvo facilitada por las personas que había en el comité y por la gran labor que desarrolla la Secretaría Técnica de la sociedad. Las dificultades, que siempre las hay, quizás han estado más relacionadas en la dificultad de vencer algunas inercias.
¿Cuál es la lucha que le queda por librar a SEPAR en los años venideros?
Creo que hay varias, en distintas vertientes. Por un lado en dar a conocer y prestigiar la especialidad, en la sociedad y también en áreas de la Administración en las que se toman decisiones sobre nuestro quehacer profesional. En este sentido creo que sería importante que nuestro programa de formación de la especialidad pasara a ser de 5 años, lo que permitiría formar mejores neumólogos. Y que el Ministerio de Sanidad incluyera las enfermedades respiratorias dentro de las patologías o procedimientos para los que se requiere designar unidades de referencia (CSUR) de ámbito nacional.
El segundo aspecto en el que hay que trabajar y posicionarse es la lucha por un mejor entorno ambiental. Cada vez existen más evidencias de que la contaminación atmosférica y algunos aspectos vinculados al cambio climático afectan a nuestra salud y muy en concreto la salud respiratoria. Ahí SEPAR debe posicionarse y aportar información científica y conocimiento, que le permita formar parte de organismos que puedan influir de forma efectiva sobre las decisiones de la Administración.
Y por último, creo que debería existir mayor colaboración entre SEPAR y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias, el CIBERES. Ya existe un convenio marco que se elaboró hace bastantes años. Creo que dicho convenio se debería revisar y fomentar una mayor colaboración.
Tras un currículo extensísimo y brillante ¿qué le queda por hacer?
Conseguir que personas jóvenes, con formación sólida y emprendedoras cojan el relevo de los que ya estamos finalizando nuestra trayectoria profesional, y proyecten la Neumología española al futuro.
Un sueño, una ilusión…
Me hubiera gustado participar en un proyecto de investigación en el que el trabajo de campo se desarrollara en alta montaña, en el Himalaya, por ejemplo. Es más que probable que a estas alturas esta ilusión no la pueda cumplir nunca. Pero que se le va a hacer … he hecho otras cosas y me lo he pasado muy bien.
¿y cuándo descasa…. qué hace?
Me encanta caminar por la montaña, hacer senderismo. De joven, incluso llegué a practicar la escalada, en Montserrat o el Pirineo. Ahora todo es mucho más tranquilo, pero lo sigo gozando igual. También me gusta escuchar música clásica y la lectura; procuro leer un rato todos los días.